El día de hoy toca hablar de este nuevo sistema que da un vistazo a lo que serán los ordenadores en un futuro no muy lejano, ya que permite al usuario interactuar a un nuevo nivel con todo lo que ocurre dentro de la máquina. A pesar de su estilo minimalista, la HP Touchsmart no es una portátil, es un ordenador de escritorio que pretende ser el centro de entretenimiento de la familia entera, así como ayudar a los profesionistas a desempeñar mejor sus labores mediante un sencillo uso de su pantalla táctil.

Como se puede ver, esta nueva computadora desarrollada por HP combina estilo y rapidez, ya que a pesar de tener todos sus componentes en un solo elemento, se desenvuelve con agilidad en cualquier tarea que se le imponga.

Descubriendo el futuro.
Lo primero que podremos notar cuando nos pongamos frente a este innovador sistema es la ausencia de más cables que el que conecta a la corriente eléctrica, esto se debe a que tanto el teclado como el mouse se conectan vía Bluetooth, de una manera más sencilla de lo que podriamos imaginar, ya que apenas encendiendo el ordenador son reconocidos.

Otro beneficio que nos trae la HP Touchsmart es el poder conectarnos a una red inalámbrica mediante su Wi-Fi integrado, ya que a pesar de ser una computadora de escritorio se sabe que no es posible seguir atado a cables toda la vida.

Estamos frente a un ordenador que no sólo combina vista y poder, sino que además nos ahorra espacio a la hora de trabajar, lo que será de gran ayuda para todos aquellos que no gusten de lidiar con cableados, instalaciones y demás, o para quien simplemente no tiene el espacio suficiente para todos los aditamentos que podría llegar a necesitar una máquina que prometa cumplir con todas sus necesidades.
En la parte trasera de la pantalla podremos encontrar potentes altavoces, además de las ya conocidas y hoy en día indispensables entradas para USB, un lector y quemador DVD; en la parte delantera encontraremos una webcam y micrófonos integrados y finalmente en los costados localizaremos control de volumen y lector de Memory Stick entre otros.

Además, por si lo antes mencionado fuera poco, la HP Touchsmart incluye también la posibilidad de conectarse a la antena de televisión, por lo que podremos disfrutar de nuestra programación favorita al tiempo que trabajamos.

En cuanto a la interfaz táctil que nos ofrece este nuevo ordenador, se incluye un software mediante el cual podremos ver todos los íconos de nuestros programas instalados, además de un sencillo visor de imágenes que nos podrá servir para ediciones fáciles, nada complicado aún.

También en el escritorio del Windows Vista que viene integrado se puede usar la interfaz táctil de la pantalla, como si estuviéramos usando el puntero.

A pesar de ser una computadora de última generación con mucha potencia (que viene con un disco duro de 500 GB y 4 GB de memoria RAM, el apartado gráfico está dominado por una tarjeta NVIDIA GeForce GS HD con 256 MB de memoria de vídeo exclusiva), estamos ante una tecnología que apenas se encuentra en gestación, por lo que todavía podemos encontrar fallos o deficiencias, y en algunos casos no podremos interactuar como quisiéramos de manera táctil. Además el precio es otro aspecto que tenemos que considerar, pues es un gasto grande tomando en cuenta que Windows Vista se encuentra a punto de desaparecer y que por encontrarnos frente a una nueva tecnología podremos encontrar grandes avances en poco tiempo, dejando nuestra adquisición obsoleta. No nos precipitemos.

Hace algunos meses, mi amigo y compañero de blog, Blátido, compartió con usted, mi estimado lector, su opinión acerca del aborto y su despenalización… A estás alturas del desarrollo de la humanidad parece un mal chiste que sigan sucediendo historias de abandono, maltrato, abuso y violencia contra los niños, y contra un pequeño bebé ni se diga. En esta ocasión veremos algunas implicaciones de las consecuencias de un nacimiento e infancia en medio de vejaciones.
En agosto pasado, muchos nos indignamos con la noticia de una bebé que fue abandonada por su madre, de 14 años, en un terreno al sur de Buenos Aires. En medio de una noche de invierno, una perra escuchó el llanto de la bebé y la llevó hasta su refugio, donde se encontraban sus seis cachorros, e intentó protegerla como al resto de sus crías. Ante la impotencia de calmar el llanto de la recién nacida, la perra, China, comenzó a ladrar y su dueño acudió para averiguar qué causaba el alboroto.
El hombre dio aviso a la policía y se inició la investigación correspondiente… Está bien, era sólo una ‘chica’ de 14 años, ‘no supo qué hacer’, ‘cometió un error’, ‘nadie la apoyó’… podemos enumerar mil excusas para tratar de no ser tan duros con esta tipa que dejó a una bebé inocente a su suerte, desnuda en un llano, en pleno invierno. Pero lo que más pena ajena me da es que una perra, un mamífero que no tiene ni la tercera parte del desarrollo cerebral que un humano… rescató a una cría de otra especie y sin distingos, trató de cuidarla como sólo una Madre sabe hacerlo.
Y no vayamos tan lejos, hace unos días en la colonia Ramos Millán, aquí en el Distrito Federal, una chica de 16 años dejó abandonado a su bebé recién nacido, sin limpiar y aún con el cordón umbilical, en la calle. Lo más horrible del asunto es que el bebé murió por las heridas de cuchillo que presentaba en la espalda y cuello.
Así podría continuar con otros casos similares, sin embargo, lo que quiero que usted lea mi respetable lector, es la serie de errores que tenemos a la vista, en nuestras manos, que somos capaces de remediar, resolver, atenuar o redimir ¡y no lo hacemos! Muy tarde es cuando nos damos cuenta que, en vez de soluciones, creamos más problemas, hacemos más y más grande nuestro error, dañamos a los que amamos o jugamos con la vida de un inocente.
Observe en los ejemplos de arriba la cadena de errores que se cometieron: confiar el cuerpo a un irresponsable y no usar condón, no utilizar un método de anticoncepción de emergencia, no buscar orientación para un embarazo no deseado… y las personas alrededor de estas chicas no les ayudaron, he ahí otro error.
Por desgracia, este tipo de mujeres no tienen ni idea del daño tan grave que les infligen a sus bebés al maltratarlos de esta manera. Más allá de la orfandad, que no es nada fácil de superar - lo digo porque he sido testigo de algunos casos-, está la forma tan descuidada en la que estos bebés nacen: sin higiene, a la intemperie y sin contar si la ‘madre’ tuvo los debidos cuidados de alimentación durante el embarazo.
Las consecuencias de esos errores son niños con problemas de aprendizaje, autoestima, discapacidad motriz o intelectual. Es decir, estos bebés están prácticamente condenados al sufrimiento desde antes de nacer… y todo por un error que pudo ser remediado a tiempo. Estos inocentes cargarán, en el mejor de los casos, toda su vida con los errores de su madre, si es que logran sobrevivir a ella.

A todos nos pasa, con bastante frecuencia, que por exigencias del trabajo asalariado, por andar a salto de cama a causa del amor, o simplemente por condescender a las tentaciones no del todo interpretables de nuestros sueños (incluidas en éste las aspiraciones francas o veladas de éxito en alguna posición burocrática, de dinero en abundancia, de forjar una sólida posición social, de concretar por fin una aventura con la cajera del banco frecuentado y gozarla desnuda entre los brazos, viajar la geografía de su cuerpo, contemplarle puesto en éxtasis esas caderas tipo cuarto de milla que se carga y que trepan mi termómetro emocional hasta las fiebres más altas), dejas otra vez intocada esa página pendiente desde hace días, semanas quizá (mira, yo no sé escribir por encargo, a presión ni bajo amenaza) y empiezas a convertir la vida en un saco roto de promesas y proyectos para después, más adelante, cuando haya tiempo.

Ah, pero sucede que el tiempo es una especie de novia caprichosa y posesiva que siempre y cada vez más se las arregla para no permitirnos hacer nada. Nos envuelve con sus insinuaciones, sus posibilidades seductoras, y uno, que sin oponer resistencia está dispuesto a perderse, cede al dulce vicio de la pereza, se dedica con empeño a engordar la tripa del alma y, como alguien que huye a ciegas de la alcoba donde la querida duerme, se despoja también del continente de placer que prodiga la lectura.

Digo, la lectura de aquellos autores que, entre otras cosas elementales, nos enseñan a pensar y a escribir: Shakespeare, Dante, Balzac, Thomas Mann, Hemingway. ¿Lo digo en serio? ¿Tengo una mínima idea acaso de lo que eso significa?

Casi no hay tiempo ni para respirar dos veces seguidas y este loco pretende botarlo por la alcantarilla. No, hermanito, no alucines, la época no está para tamaños lujos ni pérdidas de tiempo. Si alcanzas a barnizarte con la subliteratura del día, date por bien servido y punto. Como escuche alguna vez decir a alguien: "La vida es muy corta, y los libros muy largos."(Sólo que Cervantes sí se partió el alma para legar una obra.) Además y por si fuera cualquier cosa, eso que tú sugieres requiere de una fortuna caída del cielo, la beca vitalicia de los Reyes Magos, por ejemplo.

Y entonces, por la exclusiva y grandísima culpa de esa cuarta dimensión corrupta e implacable que es el tiempo, uno se asesta la puñalada por la espalda a sí mismo, se afilia a las banalidades de la moda en turno y, para taparle la boca al menor reclamo de su voz interna (cada quien conoce cuánto pesa el peso de su conciencia), para estar en plena forma ante los demás, proclama que esos tales por cuales clásicos son demasiadamente aburridos y que no sirven para maldita la cosa. Y que se pudran, para acabar pronto.

Claro, estos pobres argumentos no son sino una manera cómoda de encubrir la ignorancia, de excusar y justificar nuestra falta de estatura, de maquillar a la mediocridad con los polvos de una dudosa audacia, de un valor falso, de una inteligencia torcida. Uno generalmente menosprecia aquello que no es capaz de entender. Y no cualquiera tiene la vocación ni las ideas en su sitio para fajarse con los pretextos y las limitaciones y los engaños que le impone la necedad del mundo, y vencerlos. Ellos, los autores cuyas obras se mantienen vivitas y coleando a pesar de la escasa generosidad del tiempo, supieron hacerlo. Tal vez eso sea lo que nos molesta y nos acobarda y nos hace sentirnos peor de desahuciado que ante un diagnóstico médico fatal.

Sí, ya sé, es verdad, las negligencias y arbitrariedades y falta de tiempo que padece uno a manos de las necesidades de supervivencia son múltiples, angustiosas, ofensivas; sin embargo, también es cierto que somos fáciles de sobornar por las intrascendencias sociales; que no pocas veces nos sobra anhelo de notoriedad, ansia de posición política o burocrática; que nos dejamos cautivar más de la cuenta por las payasadas y los guiños escenográficos de lo insustancial; que nos malbaratamos el pellejo en tonterías . Y luego, a la hora buena de dar la cara, con intensa rabia o con lágrima furtiva, se queja uno de lo que tú ya estás enterado, mi amigo, la falta de tiempo.

Las nueve décimas partes de nuestra inacción literaria se deben a la falta de tiempo. Oh, "vita brevis" Y es que el tiempo se contrae, se adelgaza, se evapora por una rendija, se chorrea como un puñado de agua y cuando te das cuenta ya no tienes ni un sorbito de tiempo para nada. Y de repente, en alguna de esas ráfagas de contrición que se nos cuelan en el alma por el ojo miope de un insomnio, te topas de frente con ese testigo censurado de ti mismo que eres tú mismo y, puestos a hablar sin tapujos, confesionariamente, con los tamaños en la báscula, vamos a ver: ¿De veras no nos queda tiempo para nada? ¿No será más bien que nuestra pasión por la literatura es apenas una pasión gentil, modesta y benigna? ¿No será que la amamos sin convicción, que imaginamos enamoramiento lo que no pasa de ser una brizna de entusiasmo?

Sería mejor tener en cuenta que el verdadero escritor siempre encuentra la manera de robarle una hora al patrón, al amor o al sueño. Así que quitémonos ya de tanto lloriqueo y pretextos infantiles. Porque el tiempo, como la soledad, es un utensilio de trabajo que debemos aprender a usar. Y por mucho que tratemos de escondernos, de retorcerle el pescuezo al ave del paraíso, de jugar a las escondidas con la evidencia, en lo más sincero de su corazón uno lo sabe. Es imposible no saberlo. Y después de una medianamente exhaustiva reflexión, justo cuando ha llegado uno a la decisión definitiva de alimentar su voluntad, de fortalecer su disciplina, de asumir el máximo rigor, en fin, de no malversar más el ya de por sí exiguo tiempo; justo entonces, decía, empieza a piquetear el alfiler de la claustrofobia y se me viene a la mente que esta noche debo ir al coctel del Alter Ego, ni modo de dejarlo plantado, sólo que antes voy a darme una vuelta por la librería, a ver qué novedades me encuentro, y mañana prometí llevar al cine a Carmelita (la criatura más fascinante que he visto en toda mi vida, esbelta, elástica, una real y auténtica pura sangre), y pensándolo mejor, cómo me voy a sentar a escribir si antes no tengo la idea bien resuelta en la cabeza, robador de tiempo, ya me imagino, bonito me iba a ver escondido en el baño leyendo a Sófocles. ¿No te lo dije?

Sí, hombre, qué tonta, qué triste, qué obviamente inútil es nuestra propia imagen en el espejo...

La enciclopedia libre virtual llevó a cabo una encuesta a nivel mundial dirigida a sus usuarios con el fin de brindar un mejor servicio conociendo las preferencias de sus lectores y contribuyentes.

UNU-MERIT, centro de investigación y formación de la Universidad de las Naciones Unidas y la Universidad Maastricth de los Países Bajos fueron los encargados de recolectar los datos. El instituto fue creado a mediados de 2006 y su misión es comprender los factores sociales, políticos y económicos que impulsan el cambio tecnológico y la innovación, enfocándose en la creación, difusión y acceso al conocimiento.
Las preguntas de carácter personal (lugar de residencia, idioma, edad) tuvieron por objetivo mejorar los resultados. No se pidió nombre, ni número de identificación, ni contraseña, y se podía acceder a ella a través de un enlace en la parte superior de cualquier artículo de la enciclopedia virtual. Según aclara UNU-MERIT, " toda la información personal [...] será tratada de forma confidencial y no será compartida con otros fuera del equipo de investigación. Tu información personal sólo nos es relevante para poder validar los resultados de la encuesta. No estamos interesados en perfiles individuales. Por lo tanto, las publicaciones basadas en las encuestas no permitirán al lector identificar a los colaboradores o lectores de Wikipedia individualmente”.

Para más datos sobre la encuesta pueden dirigirse a Collaborative Creativity Group.

Me encontré en El Universal una pequeña nota acerca de Victoria y David Beckham, en la que se dice, la ex Spice Girl planea vivir entre Los Ángeles y Milán, ya que su guapísimo esposo ha sido contratado en el equipo de la anterior ciudad. Sí, Vicky teme que su esposo la engañe, y como buena mujer que sabe decir ‘esto es mío’ está dispuesta a partir el mundo en dos entre el ir y venir de un continente a otro… pero eso no es lo que nos ocupa hoy, sino ¿un hombre haría lo mismo por su mujer?

En algunas ocasiones he asistido a bodas, durante la celebración religiosa católica, algunos padres agregan a la misa un pasaje de la biblia del libro de Ruth, donde se hace énfasis en que se debe seguir a la pareja, que sea una UNIDAD, ‘adonde vayas, te seguiré…’ Sin embargo, parece que en los últimos años, las personas se interesan menos por su religión, o por lo menos por la católica, a decir del padre de la iglesia a la que (a veces) asisto.
Y cada vez conozco más divorciados / separados / solter@s con hij@s no tienen con quién formar un hogar estable, por diversas circunstancias. Es decir, parece que matrimonios reales, de esos que son ‘hasta que la muerte los separe’ están en vías de extinción. Y aquí hay mucha tela de donde cortar, porque vemos más mujeres en las universidades y en puestos ejecutivos, pero ¿ya se acabaron los hombres machistas?
Quizá no porque sigo sin entender por qué se ofenden si su esposa gana más que ellos, por qué no pueden hacerse cargo de los hijos un día o hacer la comida el fin de semana… vaya, regalarle flores a su mujer un día cualquiera no los hará impotentes. Por esto me llamaba la atención la nota, un marido común ¿estaría dispuesto a seguir a su esposa?
A riesgo de parecer radical, creo que no. Pero, por eso les hablaba de la empatía hace unas semanas, pienso que muchísimos hombres están negados para entender, para percibir ese concepto. Nos gritan en la calle algún ‘piropo’, que en vez de ser sutil y agradar, ofende y enfurece, ¿no piensan en que sus madres, hermanas o hijas pueden sufrir algo semejante?
Con ese impedimento para entendernos, ¿cómo esperamos que nos sigan? Usted, mi estimad@ lector@ tiene la mejor respuesta, porque, más que criticar en esta columna, me interesa su opinión al respecto. Gracias.
(Y precisamente cuando terminé de redactar esto, Gaby Platas anuncia que está separada de Poncho Vera… ¡no les digo!)

Surfeando por la web he encontrado esta historia, en la que un hombre en Portugal compró una granja que tenía más de 15 años abandonada. El día que fue a ver la granja vio un almacén que tenía la puerta bloqueada, consiguió entrar y esto es lo que encontró.

Son decenas de autos clásicos que habían sido abandonados.
Entre los coches se pueden ver varios Mini Cooper, Porsche 356, Fiat 508, MG Magnette, Ford Taunus, Mercedes SE, BMW 02, varios clásicos americanos, Austin, Lancias, Giulettas, etc.

La historia tal vez suene poco creíble, pero aquí están las fotos para que vean que clase de vehículos son, algunos sólo están empolvados, otros si requieren de un proceso de recuperación, pero lo seguro es que esta colección vale una fortuna.

Aquí les dejo las imágenes