Lillith nos manda este artículo desde el más allá, ya que se ha perdido un poco, pero con esto nos deja ver que sigue en pie.
Estimados lectores: seguro han sufrido en carne propia la desventura de encontrarse, frente a frente, a uno de esos monstruos apoltronados detrás de cualquier clase de escritorio o ventanilla de ‘atención’. Sí, esos seres abominables que mantenemos con nuestros impuestos. ¿Por qué permitimos que nos sigan tratando mal?
Ahora los tenemos haciendo marchas por doquier, ya les sonará el SME, cuyo dirigente, venido a menos, Martín Esparza, se metió a la Universidad Nacional Autónoma de México, a convocar a que la comunidad universitaria se una a su marcha-lucha-causa.
Miren nada más, adónde va… no va a solicitar ayuda de los académicos, estudiantes y otras personas conscientes que saben que la desaparición de Luz y Fuerza estaba planeada desde que se creo, pues era un empresa de carácter transitorio, que por capricho de CSG tuvimos que mantener… claro, con nuestros impuesto.
Ese tal Esparza, les habla a los integrantes de otro sindicato tan asqueroso como el que, se supone, lidera: el STUNAM. Sí, entre holgazanes, chupadores de presupuesto y prepotentes, se entienden.
¿Qué han hecho para exigir que no los liquiden? No lo sé. Pero sí sé que han hecho para que la sociedad pida, entienda, que esta empresa y su sindicato, especialmente, deben desaparecer: la falta de atención a las demandas de mejoramiento en el subministro eléctrico, o ¿ya no se acuerdan de las explosiones en el Centro Histórico? Claro, una de esas tantas fallas de LyFC. Las filas larguísimas para pagar el recibo, mientras dos ventanillas dan servicio, las otras (tres o cuatro), permanecen cerradas, para que los monstruos apoltronados desayunen o platiquen plácidamente. Y tú, contribuyente, aguántate.
¿Qué tal las reparaciones? Sí, esas a las iban cinco, seis, siete u ocho ca…paces de quedarse mirando mientras dos hacen el trabajo.
¡Qué bueno que ya nos ahorramos esos sueldos! Oh, no… qué horror, de nuestros impuestos se les dará liquidación, que se supone, equivale a 33 meses de sueldo… ¿Alguno de ustedes tendrá una liquidación así? Pues, gente como yo, que trabajamos sin ningún tipo de prestaciones, tenemos que desembolsar hasta el bono especial para estos sujetos que trabajaban mal.
A ver si cuando los integren a la nueva empresa, sí desquitan el sueldo. Y si no, pues ya pueden poner un negocio… ah, se me olvidaba que lo suyo, no es trabajar.
A los que veo muy difícil que exterminen son los del STUNAM, otra plaga que seguiremos soportando.
A usted lector, ¿cómo le va en su trabajo? ¿Tiene prestaciones tan fabulosas como los de la extinta Luz y Fuerza del Centro?
Estimados lectores: seguro han sufrido en carne propia la desventura de encontrarse, frente a frente, a uno de esos monstruos apoltronados detrás de cualquier clase de escritorio o ventanilla de ‘atención’. Sí, esos seres abominables que mantenemos con nuestros impuestos. ¿Por qué permitimos que nos sigan tratando mal?
Ahora los tenemos haciendo marchas por doquier, ya les sonará el SME, cuyo dirigente, venido a menos, Martín Esparza, se metió a la Universidad Nacional Autónoma de México, a convocar a que la comunidad universitaria se una a su marcha-lucha-causa.
Miren nada más, adónde va… no va a solicitar ayuda de los académicos, estudiantes y otras personas conscientes que saben que la desaparición de Luz y Fuerza estaba planeada desde que se creo, pues era un empresa de carácter transitorio, que por capricho de CSG tuvimos que mantener… claro, con nuestros impuesto.
Ese tal Esparza, les habla a los integrantes de otro sindicato tan asqueroso como el que, se supone, lidera: el STUNAM. Sí, entre holgazanes, chupadores de presupuesto y prepotentes, se entienden.
¿Qué han hecho para exigir que no los liquiden? No lo sé. Pero sí sé que han hecho para que la sociedad pida, entienda, que esta empresa y su sindicato, especialmente, deben desaparecer: la falta de atención a las demandas de mejoramiento en el subministro eléctrico, o ¿ya no se acuerdan de las explosiones en el Centro Histórico? Claro, una de esas tantas fallas de LyFC. Las filas larguísimas para pagar el recibo, mientras dos ventanillas dan servicio, las otras (tres o cuatro), permanecen cerradas, para que los monstruos apoltronados desayunen o platiquen plácidamente. Y tú, contribuyente, aguántate.
¿Qué tal las reparaciones? Sí, esas a las iban cinco, seis, siete u ocho ca…paces de quedarse mirando mientras dos hacen el trabajo.
¡Qué bueno que ya nos ahorramos esos sueldos! Oh, no… qué horror, de nuestros impuestos se les dará liquidación, que se supone, equivale a 33 meses de sueldo… ¿Alguno de ustedes tendrá una liquidación así? Pues, gente como yo, que trabajamos sin ningún tipo de prestaciones, tenemos que desembolsar hasta el bono especial para estos sujetos que trabajaban mal.
A ver si cuando los integren a la nueva empresa, sí desquitan el sueldo. Y si no, pues ya pueden poner un negocio… ah, se me olvidaba que lo suyo, no es trabajar.
A los que veo muy difícil que exterminen son los del STUNAM, otra plaga que seguiremos soportando.
A usted lector, ¿cómo le va en su trabajo? ¿Tiene prestaciones tan fabulosas como los de la extinta Luz y Fuerza del Centro?