Un manual para el ciudadano o simple sentido común

Desde hace más de 24 años vivo en el Distrito Federal, una de las urbes más pobladas del mundo, donde a diario tenemos problemas de tránsito, contaminación, desabasto de agua y caos vial extra por manifestaciones, obras de repavimentación (mal hechas) o construcción de puentes, deprimidos, etc. A todo esto añado la estupidez del ciudadano promedio, ¿merecen llamarse así? He aquí algunos consejos para conducirse por esta ciudad sin llevarse una mentada de madre.

Pensaba que algunos modales no son tales, sino puro sentido común, pero ya veo que no, que la mayoría de la gente sí necesita un manual para conducirse con propiedad en la ciudad, porque digo, no estamos en un llano, ni en pueblo de 1000 habitantes o en la sala de nuestra casa como para disponer a nuestras anchas del poco espacio que nos queda.

No es nada difícil, yo lo practico a diario: al caminar por cualquier lugar, tomo mi derecha, pues en este continente la circulación es así; al viajar en metro, no uso los lugares reservados para ancianos, discapacitados o mujeres embarazadas y no me quedo en las puertas del vagón estorbando. ¿Captan a lo que me refiero? De por sí, los trayectos son largos y acalorados, hagámoslo fácil no entorpeciendo el paso.

Pero no falta el idiota que, bajando las escaleras, se queda parado contestando un mensaje de texto, parece tonto, pero este tipo de situaciones puede provocar un accidente. Y así puedo continuar con muchos ejemplos, ese no es el punto, sino que eventos como los anteriores me hacen creer que el pensamiento ‘valemadrista’ del mexicano promedio nos tiene sumidos a los demás en un pozo del que, como nación, no salimos.

Nuestro desastroso pensamiento se ve reflejado en nuestras acciones: ¿cómo pensará alguien a quien no le importa darse una vuelta prohibida con el coche? Simplemente, no conoce el respeto. ¿Y qué tal alguien que en vez de usar el puente peatonal, pasa por debajo? No le importa su vida, ¿porqué habría de preocuparle causarle un accidente a alguien más?

¿Pasará lo mismo en otros estados o países? ¿Acaso hemos visto las calles de Tokio tapizadas de basura, con perros famélicos peleando por el botín? Nuestro país ya está muy dañado, como para que a diario hagamos la vida peor, ¿no cree?

Creía que con hacer bien lo que me toca es suficiente, ya que no puedo cambiar a los demás, pero sí puedo hacerles ver que todos podemos hacerlo mucho mejor. ¿Qué nos cuesta esforzarnos un poquito más? Acercarnos bien al bote de basura para que caiga dentro, separarla, cruzar la calle por la esquina, respetar el semáforo, no escupir en el metro (por favor) y realmente demostrar urbanidad, porque vivimos en una ciudad, seamos verdaderos ciudadanos.